El 21 de mayo se celebra el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, una fecha promovida por las Naciones Unidas con el fin de destacar no solo la riqueza de las culturas del mundo, sino también el papel esencial del diálogo intercultural para lograr la paz y el desarrollo sostenible.
Este día conmemorativo fue establecido en 2002 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, luego de que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aprobara la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural en 2001, que entre otras cuestiones, señala que la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos, y que constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras.
Según datos publicados por la UNESCO, el 89% de los conflictos actuales en el mundo se producen en países con escaso diálogo intercultural y, por ese motivo, es fundamental reforzar el diálogo intercultural para forjar una cooperación eficaz y mantener la paz.
Cada 21 de mayo se celebra el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo. Esta fecha surgió en el año 2003 por intermedio de la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de apoyar la diversidad, el diálogo, la inclusión y la cooperación entre las distintas culturas.
Además, también se pretende que las personas y organizaciones se conciencien para tomar medidas y apoyar la diversidad, el diálogo intercultural y la inclusión, así como combatir los estereotipos y la polarización para buscar el entendimiento y la cooperación de las diferentes culturas.
¿Qué es la diversidad cultural?
La diversidad cultural puede verse a través de diversas manifestaciones: creencias religiosas, música, lenguaje, arte, trabajo y en toda actividad humana. Porque en todo lo que hacemos, las personas reflejamos nuestra cultura como comunidad, sociedad o nación.
Y esas características particulares, no solo son hermosas, sino que enriquecen nuestra vida espiritual, moral, afectiva e intelectual. Pero, además, contribuyen en la reducción de la pobreza y son la fuerza necesaria para alcanzar el desarrollo a nivel social y económico.
Fuente: Mercosur Int.

