El equipo de Diego Placente intentará volver a los cuartos de final de un Mundial juvenil después de más de una década sin lograrlo. El desafío ante Nigeria, un duelo con historia y cuentas pendientes.
La Selección Argentina Sub-20 se prepara para un compromiso que puede marcar un punto de inflexión. Este miércoles enfrentará a Nigeria por los octavos de final del Mundial que se disputa en Chile, con el objetivo de volver a situarse entre los ocho mejores del planeta de la mano de Alejo Sarco, Milton Delgado, Dylan Gorosito y varios más, algo que no consigue desde hace 14 años.
El conjunto dirigido por Diego Placente llega entusiasmado tras una destacada fase de grupos, pero sabe que la exigencia será máxima ante un rival con el que mantiene antecedentes recientes desfavorables: superó a Cuba por 3-1, hizo lo propio ante Australia por 4-1 y se afirmó como líder del Grupo D con la victoria ante Italia por la mínima.
Para el entrenador y su cuerpo técnico, el desafío no es solo deportivo, sino también psicológico. El plantel, compuesto en su mayoría por futbolistas que militan en el fútbol local y algunos que ya asoman en el exterior, busca combinar talento y carácter para cortar con una sequía que se extiende desde hace demasiado tiempo. Los buenos rendimientos en la primera fase invitan al optimismo, aunque el propio entrenador advirtió que “ante Nigeria no se pueden cometer errores”.