Se cuenta que el día de su matrimonio (en contra de su voluntad) mientras los músicos tocaban, ella cantaba a Dios en su corazón.

En 1594 el Papa Gregorio XIII la nombró patrona de los músicos porque había demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música.
En muchos cuadros se presenta entre instrumentos musicales, comúnmente ejecutando una lira.