Los procedimientos en el último domicilio de Fabián Sturn Jardón, ubicado a treinta metros del kiosco donde se cometió el crimen, están a cargo de la Policía de la Ciudad. La historia detrás del pedido de captura vigente que tenía la víctima.
La investigación para esclarecer el crimen sicario de Recoleta continúa con nuevas medidas, en medio de inquietantes hipótesis.
En las últimas horas, la Policía de la Ciudad allanó el domicilio en la calle Paraguay al 2900 donde vivía Fabián Sturn Jardón, el presunto narco asesinado ayer jueves en horas de la madrugada, que al momento de su muerte tenía un pedido de captura vigente, requerido por la fiscal Marcela Semería en San Isidro, por el asesinato de un hombre en Pilar. El departamento se ubica a menos de treinta metros del kiosco donde fue recibió tres balas por la espalda.
En el departamento, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, se secuestraron tres teléfonos que podrán ser peritados, la caja de una pistola marca Glock -la misma marca que, supuestamente, usó su asesino para matarlo- y el DNI español de la víctima.
Por otra parte, el propio teléfono que llevaba Sturn Jardón al momento del ataque fue encontrado entre sus ropas por las autoridades. Allí, descubrieron que el aparato tenía un impacto de bala. Esto supone un doble desafío para los peritos de la Policía de la Ciudad, que deben maniobrarlo para quitar el plomo sin romper el sistema con su memoria y diversos mecanismos.
Las nuevas medidas en el expediente: el arma en el auto y la pareja de argentinos que declaró
Horas antes, tras un análisis de cámaras públicas y privadas y una vigilancia encubierta, la División Homicidios de la Policía de la Ciudad halló en la calle Agüero al 700 el Fiat Cronos rojo que habría empleado el asesino.
Ese Fiat Cronos empleado en la fuga, encontrado a casi ocho cuadras de la escena del crimen y que llevaba una patente robada, fue abierto en las últimas horas por orden de la Justicia. Allí, la fuerza porteña encontró una pistola Glock 9 milímetros con silenciador y un par de guantes, que serán peritados en un laboratorio policial en las próximas horas.
Una pericia balística de rigor será necesaria para determinar si se trata del arma empleada en el crimen. Por lo pronto, el uso de un silenciador dificulta llegar a una certeza: expertos policiales coinciden en que el paso por el silenciador deforma el plomo que se recolecta del cuerpo, dificultando establecer un match forense con el arma que supuestamente lo disparó. Sturn Jardón recibió tres disparos por la espalda.
Fuente: Infobae