Uno de los flamantes campeones del Mundial de Qatar 2022 compartió en sus redes sociales una foto del joven que fue asesinado en Villa Gesell en enero de 2020 y realizó un silente ruego porque los autores del crimen reciban su condena.
Buena parte del país sigue con atención las alternativas del juicio que se desarrolla en Dolores a los ocho acusados de haber matado a golpes a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell, en enero de 2020. El atroz crimen conmovió en su momento a los argentinos y ahora son muchos los que esperan que la justicia actúe y otorgue el castigo que merezca cada uno de los procesados.

En ese sentido, el principal pedido de Graciela Sosa y Silvino Báez, padres de Fernando, destrozados por la muerte de su único hijo, es que “los autores reciban prisión perpetua”. Y entre tanta gente que exige que se llegue a través de este juicio a condenar a los autores de tan violento acto se encuentra un futbolista de la selección nacional. Se trata de Leandro Paredes, que compartió en sus redes sociales un silencioso pero fuerte mensaje en el que ruega que llegue la justicia para Fernando.
El aguerrido mediocampista de la selección nacional, recientemente consagrado campeón del mundo en la Copa de Qatar 2022, quiso decir presente en el tema judicial más sensible de estos días y se implicó en él al subir a sus historias de Instagram una imagen de Fernando Báez Sosa sonriente junto al emoticón de dos manos unidas en señal de ruego.
Si bien esa fotografía del joven estudiante de derecho de 18 años asesinado en Villa Gesell circuló en diversas cuentas en redes con el pertinente pedido de justicia, Paredes tomó la postal de la cuenta de Instagram de noticias Cuestionatee. Allí, la administradora de la cuenta, Cuesti, había posteado esa foto de Báez Sosa junto con otras más, en la que se lo ve feliz con sus padres, o bailando con su novia.

La publicación en la mencionada cuenta contiene un texto conmovedor, en el que quien escribe lo hace en primera persona, como si fuese Báez Sosa y relata de modo descarnado cómo habrían ocurrido los hechos en esa fatídica noche. “A la salida del boliche me agarraron entre ocho y me golpearon hasta matarme, dos más filmaban todo y se reían de mi, siendo cómplices de todo”, dice un fragmento del escrito.