¿LA ESTABILIZACION DE LA MACRO DERRAMA ANTES DE LAS ELECCIONES?

Todos los informes privados hablan de una retracción de la actividad económica que impactará durante la campaña electoral.

Lo dijo desde el primer día: “Primero hay que estabilizar la macro y después ir acomodando el resto de las variables”. Esa fue la hoja de ruta que se trazó Sergio Massa al asumir en el Palacio de Hacienda y para ejecutar su plan convocó a Gabriel Rubinstein, de visión similar en sus críticos análisis antes de aceptar el cargo.

En el arranque de la gestión usufructuó el torniquete de Martín Guzmán sobre las reservas para cumplir la segunda revisión del acuerdo con el FMI al cierre del segundo semestre. Para el visto bueno de la tercera auditoría implementó el dólar soja y el organismo multilateral le permitió un desvío con alto contenido político al hacer la vista gorda sobre la continuidad y profundización del cepo y los diferentes tipos de cambios vigentes.

“El Directorio aprobó dispensas con respecto al incumplimiento de los criterios de ejecución continuos relativos a las restricciones cambiarias y las múltiples prácticas de tipos de cambio”, señaló como advertencia el Board del FMI en el comunicado de aprobación.

Con este aval, Massa se apuró en cerrar otro frente externo abierto y renegoció una deuda con el Club de París por US$ 1.972 millones, bajando la tasa de interés del 9% al 4,5%. Este pacto es fundamental porque reactiva fuentes de financiamiento para empresas de primera línea que se fondean con instituciones europeas oficiales de promoción de inversiones.

En paralelo, también logró reanudar la asistencia financiera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial, los que en las últimas semanas anunciaron diferentes líneas de préstamos, tanto para inversiones en infraestructura como un tramo exclusivo para fortalecer las reservas del Banco Central.

Ahora la urgencia pasa por dotar de liquidez al Banco Central ya que el dólar soja permitió cerrar los números al 30 de septiembre, pero transformó en un desierto árido al último bimestre por haberse adelantando liquidaciones.

Bonelli.

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