El cantante Horacio “Marciano” Cantero, líder del grupo de rock Los Enanitos Verdes, murió este jueves. El músico, de 62 años, había estado internado durante varios días en terapia intensiva en una clínica de Mendoza, de donde era oriundo, a causa de un cuadro de insuficiencia renal.
Cantero sufrió rápidamente el agravamiento de su condición a la vuelta de una gira de la banda en los Estados Unidos. Según consignó El Sol de Mendoza, debió ser operado y se le extirpó un riñón en la Clínica de Cuyo. Su estado era delicado.
El cantante Horacio “Marciano” Cantero, líder del grupo de rock Los Enanitos Verdes, murió este jueves. El músico, de 62 años, había estado internado durante varios días en terapia intensiva en una clínica de Mendoza, de donde era oriundo, a causa de un cuadro de insuficiencia renal.
Los Enanitos Verdes se formaron en 1979 en esa provincia y la primera formación estuvo integrada por Cantero, Felipe Staiti y el baterista Daniel Piccolo (que dejó el proyecto en 2009). Es responsable de canciones de alta popularidad como “La muralla verde”, “Te vi en un tren”, “Por el resto” y “Lamento boliviano”.
La banda publicó en su cuenta de Instagram un lazo negro en señal de duelo tras la muerte del artista.
Allegados al cantante habían indicado a la agenciaTélam que Cantero arrastraba problemas renales desde hacía tiempo y que incluso utilizaba bajos especiales de menor peso.
Varios dirigentes y referentes de la cultura y la política mendocina lo despidieron en las redes sociales, entre ellos el gobernador Rodolfo Suárez.
Con profundo dolor quiero despedir a Marciano Cantero, un artista mendocino que trascendió fronteras hasta convertirse en un icono del rock argentino.
Mis condolencias a sus familiares y amigos. pic.twitter.com/Ori4PpN9uS— Rodolfo Suarez (@rodysuarez) September 9, 2022
“Con profundo dolor quiero despedir a Marciano Cantero, un artista mendocino que trascendió fronteras hasta convertirse en un ícono del rock argentino. Mis condolencias a sus familiares y amigos”, manifestó el mandatario provincial.
Javier Cantero, hijo del músico, agradeció “a todos los fans, a todos los amigos de la vida, a la familia, todos los rezos y el apoyo que hemos recibido estos días”. “Por más que estoy muy triste, miro estos 30 años que pude pasar con él. Cada día que con él fue un regalo. No puedo también dejar de estar feliz por el gran hombre que era y por todo el amor que le devolvieron en estos días”, resumió.
Trayectoria
Profeta en otras tierras, Marciano Cantero había formado Los Enanitos Verdes en 1979, junto a Felipe Staiti y Daniel Piccolo, pero fue siete años después, cuando pasó por programas de la televisión porteña como Badía & Cía que consiguió el trampolín hacia todo el país y el exterior. En eso tuvo mucho que ver el lanzamiento de su segundo álbum, Contrarreloj (1986), que traía temas como “La muralla verde”, “Conciencia contrarreloj”, Simulacro de tensión”, “Cada vez que digo adiós”, o las baladas “Tus viejas cartas” y “Solo dame otra oportunidad”.
Había nacido como Horacio Eduardo Cantero Hernández, el 9 de agosto de 1960 en la capital mendocina. Su primer acercamiento a la música fue a través de la guitarra, pero pronto mostró su preferencia por el bajo. Tan decidido estaba que, cuando terminó el colegio secundario, su padre le regaló un bajo Fender. Un par de años después creó junto a sus socios la banda que lo hizo famoso.
Durante la década del ochenta, juntos generaron varios hits con sus primeros discos y fueron parte de esa incipiente camada de rockeros argentinos que tuvieron llegada en otros países de América Latina. Tanto fue así que sus compromisos por conciertos obligaron a la banda a estar mucho tiempo fuera de la Argentina. Incluso, Cantero decidió radicarse en México. Se instaló en la localidad de Hermosillo, donde vivió durante casi quince años, entre 2003 y 2017, cuando decidió regresar a Mendoza.
La banda tuvo una trayectoria extensa. Produjo tres discos fundamentales en la década del ochenta: el ya mencionado Contrarreloj y luego Habitaciones extrañas (1987) y Carrousel (1988). En los noventa hubo otras tres que se destacaron, Igual que ayer (1992), Big Bang (1994) y el álbum en vivo Tracción acústica (1998). A mediados de esa década el grupo seguía convirtiendo canciones en hit, ya fueran propias o ajenas. Fue el caso de “Lamento boliviano”, originalmente compuesta y registrada en 1984 por la banda mendocina Alcohol Etílico.
Temas como “La muralla verde” fueron premonitorios. Porque el grupo sin proponérselo estaba en esa muralla que dividía la historia de una banda under del interior del país con el grupo que comenzó a jugar en las grandes ligas del rock local de exportación. La canción, que abría el disco Contrarreloj, producido por Andrés Calamaro, nació en un micro de gira, cuando los mendocinos recorrían el país como grupo soporte del cantautor Piero. Cuando terminó el tour, Cantero retomó el boceto y así surgió el tema que resultó el puntapié de camino a la fama.
“Estoy parado sobre la muralla que divide, todo lo que fue de lo que será. Estoy mirando como esas viejas ilusiones, pasando la muralla se hacen realidad”.
Un par de años después llegaba Habitaciones extrañas, un álbum que si bien comenzaba a sonar por la fuerza de un cover (habían hecho una versión rockera del tema beat “El extraño de pelo largo”) también aportaba títulos que consolidaron la carrera del proyecto cuyano: “Por el resto” y “Te vi en un tren”.
La Nacion.